Intermedio: El mito escondido.


Otros relatos del samurái errante…

0. Poema errante.   

Libro I:

1. Muerte bajo el sol naciente. 2. La suerte de Mazushi Haisha.

3. Duelo en el camino. 4. El llanto de Daigoro.

5. El murmullo de las rocas. 6. El cuento maldito.

   Ahondamos en la historia detrás del mito a través del formato de articulo de investigación. La semana que viene tendremos más acción de la mano del samurái sin nombre.

Intermedio 1:

El mito escondido.

Artículo escrito para la revista Focus in the World por Aritz Sanchez de Luna.

Agradecimientos especiales a la revista por permitirme reproducir el articulo.

portada nº 134 revista Focus in the world

16 de Junio de 2010.

Ya han pasado 25 años, desde que, en los comienzos de esta revista, publicábamos un artículo sobre el descubrimiento de la tumba del hijo secreto de Oda Nobunaga. Una tumba que resultó estar vacía, y en la cual se había encontrado poco más que un pergamino con el fragmento de un poema, que hasta hace muy poco se creía dedicado al propio hijo de Oda, Ichiro. Nada más lejos de la realidad. Recientemente se encontró un almacén secreto en el Castillo Azuchi, orgullo de Nobunaga. En este rincón oculto se hallaron ciertos documentos que nos llevan a reescribir la historia, y a descubrir la existencia de un personaje que pudo ser una suerte de Robin Hood samurai en la segunda mitad del siglo XVI del Japón feudal. Un guerrero del que se desconoce si existió realmente o sólo fue una leyenda levantada por los pobres, para conservar el espíritu. Un personaje del que poco se sabe, y ni siquiera se conserva su nombre. Sigue leyendo

6. El cuento prohibido.


Otros relatos del samurái errante…

0. Poema errante.   

1. Muerte bajo el sol naciente. 2. La suerte de Mazushi Haisha.

3. Duelo en el camino. 4. El llanto de Daigoro. 5. El murmullo de las rocas.

   Otro experimento narrativo donde se mezcla fantasía y realidad, mientras los nuevos y viejos enemigos del desconocido van alimentando su leyenda.

Libor I: El camino.

6. El cuento prohibido.

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Japón, 1573. 1er año de la era Tenshō.

   Ésta es una historia que sin duda debéis conocer. La verdadera batalla final del samurái desconocido. La lucha que lo llevó a reunirse con su amada, después de tanto sufrimiento y dolor. Cuentan que las gentes de la región de Torikami sufrían los ataques del terrible dragón  de ocho cabezas, Yamata-no-Orochi. El sanguinario monstruo demandaba a los habitantes que se le apaciguara periódicamente con el sacrificio de una joven doncella. Fue así hasta el día en un misterioso hombre llegó a aquellas tierras. Sigue leyendo

5. El murmullo de las rocas.


Otros relatos del samurái errante…

0. Poema errante.   

1. Muerte bajo el sol naciente. 2. La suerte de Mazushi Haisha.

3. Duelo en el camino. 4. El llanto de Daigoro.

   Los traumas de la guerra y los errores del pasado persiguen al samurái sin nombre en otro relato donde conoceremos algo más de su pasado.

Libor I: El camino.

5. El murmullo de las rocas.

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Japón, 1573. 1er año de la era Tenshō.

   Las olas rompían suavemente en la arena mecidas por el delicado viento. El sol del amanecer desprendía un calor reconfortante y tranquilizador. Todo en aquella playa transmitía una sensación de paz inquebrantable. Los rostros de las dos niñas muertas se unían también a ese cuadro de silenciosa calma. Sigue leyendo

4. El llanto de Daigoro.


Otros relatos del samurái errante…

0. Poema errante.   

1. Muerte bajo el sol naciente. 2. La suerte de Mazushi Haisha.

3. Duelo en el camino

   El desconocido no puede permanecer impasible ante las lagrimas de un niño. Para evitar su sufrimiento, deberá poner a prueba todas sus habilidades al amparo de la sombras.

Libor I: El camino.

4. El llanto de Daigoro.

4 el llanto de daigoro

Japón, 1573. 1er año de la era Tenshō.

 

I

   Aquella tarde entró un joven guardia novato a las dependencias del capitán Mifume. Le dio un alarmante informe y la furia del superior fue tremenda.

—¿Cómo ha sucedido esto? —preguntó el capitán Mifume al joven guardia.

—Señor, he entrado en la habitación y he encontrado el cuerpo sin vida del guardia Akamaru, tal como lo ve ahora —respondió Kudo Ichiro, chorreando agua sobre el suelo de madera—.  No he perdido tiempo en ir a buscarlo, señor.

—¿Y por qué está usted empapado, novato?

—Como le dije, he ido lo más rápido que pude. Tuve que cruzar el patio para cortar camino, señor.

Cinco días habían pasado desde que comenzó a llover en aquellas regiones apartadas de la capital. Un tiempo inclemente que no daba la impresión de mejorar pronto. El Capitán analizaba la escena con atención absoluta a cada detalle. Las circunstancias que llevaran a la muerte de un hombre en el interior de la casa de la guardia, debían ser estudiadas con cuidado. El cuerpo de Akamaru permanecía aún sentado a la mesa, con la cabeza hundida en el interior de un plato de sopa. No había señales de violencia, ni en el cuerpo, ni en la sala. Sigue leyendo

3. Duelo en el camino.


Otros relatos del samurái errante…

0. Poema errante.   

1. Muerte bajo el sol naciente. 2. La suerte de Mazushi Haisha.

   Muchos años después de nuestra historia, el samurái sin nombre sigue siendo recordado por aquellos con los que se cruzó en su camino.

Libor I: El camino.

3. Duelo en el camino.

Duelo en el camino
Japón, 1617. 3er año de la era Genna.

   En una vieja casa de madera, cercana al camino del cañón, un anciano cuida de su pequeño nieto. Es una familia pobre, sus recursos son limitados; pero en la pared cuelga un objeto de gran valor. Una antigua espada samurái que, perteneció al padre del anciano y antes al padre de su padre. Enredada a su alrededor, hay una remendada cinta que fue usada en una batalla ya hace muchos años. El viejo las observa con gran devoción, recordando momentos de su juventud.

El pequeño se acerca a su abuelo, se sienta junto a él, y mientras come un pastelito de arroz comienzan a conversar.

—Abuelo, cuéntame otra vez tu historia. La del duelo del camino.

—¿Cuántas veces te la he contado ya?

—Muchas; pero es mi favorita.

—Y tú eres mi nieto favorito. Por eso te la contaré una vez más. Pero primero tráeme la cinta que envuelve a la espada. —El chico se levanta y le entrega el viejo trapo a su abuelo. El hombre sonríe y recuerda. Sigue leyendo